Un matemático
y filósofo francés llamado Blas Pascal decía: “El
corazón tiene razones que la razón ignora”. Y es cierto, a veces parece que
vamos por la vida como si fuéramos divididos en nuestro interior, nuestro
corazón por un lado y nuestra cabeza por otro. Pero realmente ¿podemos caminar
así por la vida? ¿Es sano? ¿Es inevitable?
Hoy día asistimos en todos los movimientos de la Nueva Era a
un exaltamiento de las bondades y virtudes del Corazón, en este caso del Sentir.:
“Yo esto lo hago porque lo siento así”, “Hasta que no lo sienta, no puedo
hacerlo…”, en detrimento de la Cabeza, de la razón y del sentido común. Parece
ser que si utilizas la cabeza en asuntos de amor, eres un ser frío y
calculador. Veamos qué hay de cierto en todo ello y reflexionemos:
La pregunta de partida es: ¿Debemos amar desde el corazón, o desde la cabeza o desde todo nuestro
Ser íntegro y pleno?
Hay quienes afirman que el amor se vive más loco, se vive más fuerte y
profundo si amas sin pensar y es verdad, pero solo en parte. Si amas con la
cabeza, probablemente sea solo una ilusión y si piensas con el corazón, harás
cosas sin razón ni fundamento. Todos conocemos infinidad de casos y situaciones
de maltrato emocional y físico en personas que permanecen al lado de otra y su
vida es puro sufrimiento. Siente un “amor” por una persona que realmente no les
conviene pero siguen a su lado sin pensar que desperdician su vida, y todo
porque afirman que “quieren” a su amor. En casos mas patológicos, la persona
siente una incapacidad brutal de desprenderse de aquello que no le conviene.
Hoy día es muy común confundir amor con apego, con atadura,
con necesidad insana del otro. La razón, la cabeza, es solo un convidado de
segunda que permanece encerrado en un armario porque su voz nos resulta
molesta.
Si llegas a separarte y el camino se te hace largo, no
tienes los soportes afectivos de antes, sientes el vacío, echas de menos a esa
persona, y como tu vida carece de contenido, de metas reales de vida, como a
veces uno nunca mira hacia dentro, sino que lo primero siempre es el otro que vive
fuera de ti, acabas volviendo una y otra vez a repetir ciclos de separación y
regreso, por lo que acabas repitiendo y sintiendo una y otra vez las mismas emociones
de siempre.
Pero entonces ¿Debe
uno abrir su corazón? Si siempre debe abrirlo pero usando la cabeza para
variar.
En realidad no solo se ama con el corazón, o con la cabeza, se ama con todo el cuerpo. Si tú amas a
alguien y quieres ayudarlo, lo vas hacer con tus manos, con tu piel, con tu
alma, con tu intención, con tus buenos deseos.
Cuando amas con el corazón, tiene lugar la entrega, entregas lo mejor se ti mismo, te donas,
compartes desde tu realidad más profunda. El
valor de la entrega es fundamental en una relación. Sin entrega no hay
vida, no hay amor.
Otras veces nos encontramos parejas que se forman por deseos
materiales más que por una emoción pura que proviene del corazón. Es algo muy
frio que una persona por pura conveniencia e interés de bienes, dinero,
herencias, prestigio, fama, atractivo intentara convencerse a ella/el mismo de
que le conviene enamorarse de esta persona sin pensar en los resultados y
consecuencias que ello conlleva. Es decir, a veces uno cuando dice que ama, lo
afirma con la intención de convencerse a sí mismo de aquí así es, pero en
muchos casos asistimos a un puro interés económico y material en el otro. El
deseo de llevar una vida cómoda, te permite no mirar con profundidad lo que
realmente sientes, pero esto como todo en la vida, acaba por derrumbarse porque
no se sostiene en sí mismo como un edifico construido sobre cimientos de arena.
Entonces ¿Es bueno en
el amor usar tu cabeza? Si, lo que es bueno es la integración de tu corazón
y tu cabeza. Si sabes utilizar cada una de ellas en cada momento y situación,
ello te hará feliz y te ayudará a evitar sorpresas desagradables.
En el amor, siempre es bueno usar la cabeza, así tus decisiones
van a ser las más correctas, vas a estar más despierto, sabrás en todo momento,
que es lo más acertado y adecuado para ti. Tener los ojos bien abiertos, te
hará darte cuenta de aquellas situaciones que pueden ser perjudícales a la
larga para ti.
Cuando una persona carece de raíces, cuando su vida no está
asentada, cuando la reflexión personal, el autoanálisis brillan por su
ausencia, uno puede acabar en cualquier parte, ya sea en otro país, presa de
sectas destructivas, o viviendo un amor bueno en la superficie pero carente de
profundidad…Cuando uno deja de pensar, otro lo hará por ti y te vendrán momentos
donde te preguntarás: ¿Dios mio, que hago aquí? Y como uno no tiene ni
principio ni fin, ni meta ni destino, se “deja llevar”, no sabemos por qué, ni
conque fundamento, ni con que expectativa, a la espera de que algo mágico
ocurra y marque un sendero.
Hace poco me decía una chica en consulta: Vivo con mi
pareja, estoy bien, aunque en mi alma, en lo más profundo de mí, no encuentro
la satisfacción verdadera. Simplemente dejo que la vida continúe, esperando un
no sé qué. Unas veces me digo, que es normal estar así en pareja, otras me digo
que así no puedo continuar, pero lo cierto, es que más que la confianza, es el
miedo el que dirige mis pasos y como me da miedo empezar algo diferente, una
vida nueva, aunque fuera el encuentro conmigo misma desde cero, me dejo llevar,
por la comodidad de la situación, en una aparente comodidad de vida de pareja,
pero cuando me acuesto, y coloco mi cabeza en la almohada, siento un vacío y
ganas de llorar, pero como soy no soy capaz de salir de esta situación,
continuo en lo mismo de siempre en un aparente amor, en pareja y con una gran
instisfacción interna”
El corazón siente a corto plazo, la cabeza a medio y largo
plazo. El corazón quiere el ahora, la cabeza es capaz de visualizar un futuro y
saber y decidir si aquello que estamos viviendo a la larga nos traerá bienestar
o malestar.
Tengo una amiga que continuamente me dice que hay que ser
cautelosos en el amor, ya que hay personas que son un “auténtico saco de problemas”. Son personas con las cuales vas a
tener garantizado una cosa: Problemas y mas problemas y por tanto eso te
garantizará sufrir. Si uno no utiliza la cabeza, puede verse envuelto en
situaciones nada sanas. Pero acaso, ¿sufres
de ceguera emocional? Lo haces, cuando a pesar de las evidencias más
notables, cuando sabes que esa persona realmente te va a dar problemas,
continuas con ella. Cuando es mejor mirar afuera que dentro.
Cuando las situaciones se tornan difíciles y complicadas,
cuando vemos cosas que no nos gustan, tienes
que analizar y observar con cabeza como actúa la pareja y no dejarte llevar por
los sentimientos porque a veces al corazón le gusta engañarse y no ver la
realidad.
Por aquello que llamamos “amor” uno puedo vivir en una
trampa emocional, en un autoengaño afectivo. Por esa razón, el realismo es un valor muy importante.
El realismo no es ni más ni menos, que poner cada cosa en su sitio y darle a
cada cosa su verdadero valor, es decir, observar la manera en que las cosas son
en realidad y no como la creamos con nuestro corazón o mente.
He tratado infinidad de situaciones en consulta donde “demasiado corazón y poca cabeza” puede
lastimarte y hacerte sufrir de un modo inimaginable.
Pero tampoco puedes
amar solo con la cabeza, te volverías una persona muy fría, de movimientos
excesivamente calculados y justamente para “evitar sufrir”, muchos que han sufrido
una decepción amorosa, evitan cualquier tipo de relación, pero paradójicamente,
más tratas de evitar sufrir, más acabas sufriendo, porque justamente el corazón
necesita abrirse, compartir, sentir y vibrar en comunión con otro.
Uno debe amar y enamorarse con todo tu Ser, lo cual significa
entregar tu corazón, pero también enamorarse con los pies, con las manos, con
el alma y…con tu cabeza. Si tienes tu cabeza bien amueblada, esta te protegerá
de “dormir con tu enemigo”
Sabías que existe el
“pájaro del amor”. Son los agapornis, una especie de loros pequeñitos, que
son monógamos toda la vida. Siempre permanecen juntos, y con frecuencia se
arreglan las plumas el uno al otro, son muy afables y de fácil convivencia pero
con su pareja, con otras aves es muy difícil. Su amor es eterno, hasta el punto
que si uno se muere, el otro por su falta y por el vacío que crea también se
muere. La posición característica de ellos es cabeza contra cabeza. Son como
esas parejas inseparables, que van juntos a todas partes, toda la vida. Si el
otro no está, se siente un vacío muy fuerte y todo queda sin sentido.
¿Qué sería de tu vida
si ya no tuvieras que arreglarle las plumas a tu pareja?
Por favor, la vida es bella y muy corta. Ama con todo tu
ser, pero abre el campo del amor, no solo a tu pareja, sino a toda
manifestación de vida, en el Universo.
Y recuerda, Abre tu
Corazón…pero Usa tu Cabeza para Variar
Javier Vergara
Psicólogo