sábado, 6 de julio de 2013

ADICCION A LA INFELICIDAD GRATUITA




Pasan los días y notas grandes cambios de humor, una especie de melancolía, ansiedad, culpa, tristeza sin saber por qué, miedos…y un sinfín de emociones. Te dices a ti mismo que siempre te encuentras en el mismo punto y que no tiene lógica ya que las cosas más o menos te van bien, pero por cada día que te encuentras genial, aparece las sombras de un día oscuro.
Este tipo de emociones negativas que surgen día tras día, sin una causa aparente, son una manifestación de una adicción a la infelicidad. Es decir el cuerpo ha aprendido que para estar bien, es preciso previamente estar mal. No es tanto una cuestión genética, como una actitud aprendida ante la vida. Has aprendido muy bien a como estar mal, hasta el punto de que si no estás mal, no estás bien.
A veces así es la vida de complicada o nos complicamos la vida.
La única forma de liberarte de ese aprendizaje del malestar es elegir consciente y consistentemente estados de ánimo y emociones positivas cada día. Se trata de un nuevo aprendizaje., de un nuevo recorrido y una parte importante de esta nueva actitud es diferenciar dos tipos de infelicidad que son importantes:
                -Infelicidad apropiada:
                -Infelicidad Gratuita:
La infelicidad apropiada es una parte necesaria del camino y de la vida. Es una respuesta congruente ante un acontecimiento adverso. Surge como una reacción negativa pero apropiada y congruente ante un suceso negativo.  Si tu pareja se separa de ti, es lógico que estés durante un tiempo triste sin ganas de salir y madurando la experiencia. Es por tanto una respuesta realista.
La infelicidad gratuita es aquella que surge de una reacción desproporcionada o exagerada ante ese mismo acontecimiento. Puedes matar una hormiga  con un dedo o también con un matillo. El martillo la matará pero el grado de inversión y esfuerzo que supone un martillo no tiene proporción ninguna con la fragilidad del cuerpo de una hormiga. Si te vas de viaje y en ese momento falla el motor y no puedes salir y por dicha razón entras en una fuerte discusión con tu mujer sin motivo alguno, es lo que consideramos una infelicidad gratuita como consecuencia de una adicción a la infelicidad.
El adicto a la infelicidad necesita de sabotear continuamente esas posibilidades de éxito en cualquier meta para garantizarse estar en el mismo punto de siempre y seguir sintiendo las emociones de siempre. En este punto, te sientes un incomprendido de la vida, asumes el papel de víctima y la queja y el lamento son tu alimento favorito.
Si te ves quejándote de una misma persona una y otra vez y pasa el tiempo y te das cuenta que sigues haciéndolo y de nuevo con distintas personas, es una muestra más de una infelicidad gratuita.


Para el cerebro, infelicidad gratuita y adicción a la infelicidad van juntas. Ambas se retroalimentan.
A veces ocurre que la Vida te invita a que salgas de ese patrón y generalmente la Vida se comunica contigo a través de las gentes. Quizás un amigo te llame para salir y sabes que es una persona especial, que merece la pena compartir con él un rato, pero como eres adicta a la infelicidad, te encargarás de excusarte una y otra vez para no hacerlo. Ese momento quizás pueda abrirte puertas, oportunidades, o simplemente puede que sea un momento de compartir y disfrutar juntos, pero decides que no. Simplemente la persona esta poseída y es muy obediente a su Madre “La infelicidad” y sabe que como serle fiel y leal.
O aquella vez que te hablaron de ir a una fiesta, pero decidiste quedarte en casa una vez más haciendo lo mismo de siempre, quizás navegando en internet en conversaciones absurdas o viendo a ver que ponen en televisión o atiborrándote de comida.
La infelicidad gratuita se da también cuando la persona inconscientemente persigue el dolor para satisfacer así una adicción a la infelicidad. Es el típico empresario que ha conseguido un éxito laboral importante y cuando le dan una condecoración, se siente inmerecido o triste por el mismo.
Otra forma de reconocer la infelicidad gratuita es porque la persona sigue pasando el tiempo y siempre se encuentra en el mismo punto, padeciendo los mismos dolores de siempre. El tiempo se ha congelado, no hay evolución, no hay crecimiento. Vives y revives, te quejas y te lamentas de la misma situación años después. Es como el cocainómano que vuelve a recaer continuamente.
Es fácil reconocer a una persona cuya “Madre” es la infelicidad gratuita. Son auténticos perseguidores del malestar o dolor. Lo huelen, sienten su presencia cerca y van a por el como un auténtico vampiro desea la sangre. Aquella persona que sabe que una relación determinada no funciona, que sabe que se equivoca pero una y otra vez, se ve haciendo lo mismo auto engañándose diciéndose que “esta vez funcionara” y una y otra vez vuelve a fracasar y pasan los años y se encuentra en el mismo “punto de insatisfacción”.

La infelicidad está tan bien aprendida que es difícil salir de ella, son muchos años con un mismo patrón y por eso no queda más remedio que emprender un plan decidido, consciente, consecuente y consistente para empezar a liberarse del sufrimiento emocional gratuito.
En ocasiones, uno es tan adicto a la infelicidad, que ni si quiera quiere dejarla atrás. Tiene su lógica, cuando llevas años viviendo en una misma patria, dejarla, supone echarla de menos. Como dice un buen amigo mío: “Quien sería yo sin mis vicios
Es necesario aprender un patrón nuevo, llevar a cabo acciones nuevas que nos pongan en el nuevo camino y cuando te sorprendas en los viejos autoengaños o auto sabotajes, desenmascararlos y dejarlos atrás, empezando a construir nuevos surcos en tu cerebro que te lleven a una felicidad más honesta en tu vida.
Tienes todo el derecho del mundo a ser feliz, pero esto no es algo que te vendrá caído del cielo. La felicidad debes conquistarla y para ello  debe al menos darse tres requisitos importantes:
            -Reconocer que eres un adicto a la infelicidad y que te cuesta salir.
-Desenmascarar tus autoengaños  y auto sabotajes favoritos que pones en marcha cada día.
-Desarrollar un plan de acción hacia la felicidad que llevaras a cabo cada día en la que  eliges conscientemente estados de ánimo y emociones positivas.
Si no haces esto, es evidente que el tiempo seguirá pasando y te encontrarás siempre en el mismo punto, lamentándote de lo de siempre. Es la queja eterna.
Te repito, tienes derecho a la felicidad, es un derecho que tienes desde que naciste, es hora de comenzar a contemplar la vida desde otra perspectiva y comenzar a hacer aquello que nos lleva directamente hacia el país de la felicidad. Es más que posible, solo debes creer en ello y seguir tu corazón hacia lo nuevo e inesperado.


JAVIER VERGARA
Psicólogo clínico

lunes, 18 de marzo de 2013

LA COMUNICACIÓN OLFATIVA EN LA ATRACCION





“Atracción is not a choice” dicen los americanos.
 La atracción no es una decisión consciente.
Y es cierto, no podemos decidir qué tal o cual persona nos va a atraer. Más te esfuerzas en  conseguir que alguien te atraiga menos lo consigues y ¿por qué? A veces desearíamos que tal persona nos atrajera, es un gran padre, trabajador…debería de atraerme, pero no me atrae, ¿Cómo es posible?
Muy sencillo. La atracción es un mecanismo psicobiologico que opera de modo inconsciente y tan inconsciente que hasta el olor de la otra persona nos influye a la hora de sentir si vamos a ser pareja de otra persona o incluso tener hijos.

La comunicación olfativa entre un hombre y una mujer es clave para sentirnos atraídos. Se han hecho numerosos experimentos en este sentido para demostrar que no solo nos comunicamos con palabras sino también por medio de olores.
Cada persona emana su propio olor natural la mayoría de las veces inhibido por miles de perfumes y aromas sintéticos. Una parte de nuestro dialogo con el otro se lleva a cabo a través de nuestros olores.
En dichos experimentos se ha podido comprobar que el olor era uno de  los determinantes fundamentales del sentimiento de amor y atracción hacia otra persona.
Para demostrarlos los científicos colocaron a un hombre con los ojos vendados en medio de una decena de mujeres. Se le pidió que fuera oliendo de una en una a cada mujer. Cada mujer cuenta con su propio código genético, el cual fue analizado previamente.
Lo sorprendente del experimento fue que el hombre sentía una mayor atracción y preferencia por aquellas mujeres que tenían el código genético más alejado del suyo. Hoy día cualquier genetista sabe que cuanto más diferente son los genes de los padres, mejor salud van a tener sus hijos.

A nivel biológico, genes más alejados, implican una mayor garantía de reproducción y supervivencia de la prole, a más largo plazo. Para este hombre, aquella mujer que olía mejor era aquella con los genes más alejados y aquellas que olían peor, tenían una dotación genética más parecida a la de él.
“Attraction is not a choice”. La atracción no es una elección. El hombre no puede vivir separado de su propia naturaleza ni puede ir contra sí mismo. En lo más profundo del subconsciente de una persona anidan recuerdos, memorias de nuestra infancia, del olor del pecho materno, del lugar donde nacimos, corrimos, jugamos…del olor de la naturaleza por donde anduvimos. Ese contacto con lo natural está grabado en nuestras células y nuestro cuerpo se comunica en presencia de otro.
A veces puede ocurrirte que no te gusta una persona sin saber que quizás haya una comunicación de fondo, una percepción inconsciente de olores que no van contigo y por tal razón decides no adentrarte ni avanzar.  Otras veces sientes un deseo irresistible por alguien, tu cuerpo habla aunque a veces no quieras oírlo, tu cuerpo te lo trasmite, sientes esa atracción aunque quizás puedas negártelo, reprimirlo o no admitirlo.
Tu cuerpo es un manantial de sabiduría, sabe y conoce muchas más cosas de lo que imaginamos, por eso trata de estar y vivir conectado con tu cuerpo, con tu propia naturaleza y préstale atención.

El olfato es pieza clave en el amor. Uno no puede ir contra su propia naturaleza, ni puedes convencerte de estar con quien tu cuerpo no se siente atraido.


“Attraction is not a choice”

Javier Vergara
Psicólogo

domingo, 17 de febrero de 2013

ABRE TU CORAZON…PERO USA TU CABEZA PARA VARIAR






Un matemático y filósofo francés llamado Blas Pascal decía: “El corazón tiene razones que la razón ignora”. Y es cierto, a veces parece que vamos por la vida como si fuéramos divididos en nuestro interior, nuestro corazón por un lado y nuestra cabeza por otro. Pero realmente ¿podemos caminar así por la vida? ¿Es sano? ¿Es inevitable?

Hoy día asistimos en todos los movimientos de la Nueva Era a un exaltamiento de las bondades y virtudes del Corazón, en este caso del Sentir.: “Yo esto lo hago porque lo siento así”, “Hasta que no lo sienta, no puedo hacerlo…”, en detrimento de la Cabeza, de la razón y del sentido común. Parece ser que si utilizas la cabeza en asuntos de amor, eres un ser frío y calculador. Veamos qué hay de cierto en todo ello y reflexionemos:
La pregunta de partida es: ¿Debemos amar desde el corazón, o desde la cabeza o desde todo nuestro Ser íntegro y pleno?
Hay quienes afirman que el  amor se vive más loco, se vive más fuerte y profundo si amas sin pensar y es verdad, pero solo en parte. Si amas con la cabeza, probablemente sea solo una ilusión y si piensas con el corazón, harás cosas sin razón ni fundamento. Todos conocemos infinidad de casos y situaciones de maltrato emocional y físico en personas que permanecen al lado de otra y su vida es puro sufrimiento. Siente un “amor” por una persona que realmente no les conviene pero siguen a su lado sin pensar que desperdician su vida, y todo porque afirman que “quieren” a su amor. En casos mas patológicos, la persona siente una incapacidad brutal de desprenderse de aquello que no le conviene.

Hoy día es muy común confundir amor con apego, con atadura, con necesidad insana del otro. La razón, la cabeza, es solo un convidado de segunda que permanece encerrado en un armario porque su voz nos resulta molesta.
Si llegas a separarte y el camino se te hace largo, no tienes los soportes afectivos de antes, sientes el vacío, echas de menos a esa persona, y como tu vida carece de contenido, de metas reales de vida, como a veces uno nunca mira hacia dentro, sino que lo primero siempre es el otro que vive fuera de ti, acabas volviendo una y otra vez a repetir ciclos de separación y regreso, por lo que acabas repitiendo y sintiendo una y otra vez las mismas emociones de siempre.
Pero entonces ¿Debe uno abrir su corazón? Si siempre debe abrirlo pero usando la cabeza para variar.
En realidad no solo se ama con el corazón, o con la cabeza,  se ama con todo el cuerpo. Si tú amas a alguien y quieres ayudarlo, lo vas hacer con tus manos, con tu piel, con tu alma, con tu intención, con tus buenos deseos.
Cuando amas con el corazón, tiene lugar la entrega,  entregas lo mejor se ti mismo, te donas, compartes desde tu realidad más profunda. El valor de la entrega es fundamental en una relación. Sin entrega no hay vida, no hay amor.

Otras veces nos encontramos parejas que se forman por deseos materiales más que por una emoción pura que proviene del corazón. Es algo muy frio que una persona por pura conveniencia e interés de bienes, dinero, herencias, prestigio, fama, atractivo intentara convencerse a ella/el mismo de que le conviene enamorarse de esta persona sin pensar en los resultados y consecuencias que ello conlleva. Es decir, a veces uno cuando dice que ama, lo afirma con la intención de convencerse a sí mismo de aquí así es, pero en muchos casos asistimos a un puro interés económico y material en el otro. El deseo de llevar una vida cómoda, te permite no mirar con profundidad lo que realmente sientes, pero esto como todo en la vida, acaba por derrumbarse porque no se sostiene en sí mismo como un edifico construido sobre cimientos de arena.
Entonces ¿Es bueno en el amor usar tu cabeza? Si, lo que es bueno es la integración de tu corazón y tu cabeza. Si sabes utilizar cada una de ellas en cada momento y situación, ello te hará feliz y te ayudará a evitar sorpresas desagradables.
En el amor, siempre es bueno usar la cabeza, así tus decisiones van a ser las más correctas, vas a estar más despierto, sabrás en todo momento, que es lo más acertado y adecuado para ti. Tener los ojos bien abiertos, te hará darte cuenta de aquellas situaciones que pueden ser perjudícales a la larga para ti.
Cuando una persona carece de raíces, cuando su vida no está asentada, cuando la reflexión personal, el autoanálisis brillan por su ausencia, uno puede acabar en cualquier parte, ya sea en otro país, presa de sectas destructivas, o viviendo un amor bueno en la superficie pero carente de profundidad…Cuando uno deja de pensar, otro lo hará por ti y te vendrán momentos donde te preguntarás: ¿Dios mio, que hago aquí? Y como uno no tiene ni principio ni fin, ni meta ni destino, se “deja llevar”, no sabemos por qué, ni conque fundamento, ni con que expectativa, a la espera de que algo mágico ocurra y marque un sendero.
Hace poco me decía una chica en consulta: Vivo con mi pareja, estoy bien, aunque en mi alma, en lo más profundo de mí, no encuentro la satisfacción verdadera. Simplemente dejo que la vida continúe, esperando un no sé qué. Unas veces me digo, que es normal estar así en pareja, otras me digo que así no puedo continuar, pero lo cierto, es que más que la confianza, es el miedo el que dirige mis pasos y como me da miedo empezar algo diferente, una vida nueva, aunque fuera el encuentro conmigo misma desde cero, me dejo llevar, por la comodidad de la situación, en una aparente comodidad de vida de pareja, pero cuando me acuesto, y coloco mi cabeza en la almohada, siento un vacío y ganas de llorar, pero como soy no soy capaz de salir de esta situación, continuo en lo mismo de siempre en un aparente amor, en pareja y con una gran instisfacción interna”
El corazón siente a corto plazo, la cabeza a medio y largo plazo. El corazón quiere el ahora, la cabeza es capaz de visualizar un futuro y saber y decidir si aquello que estamos viviendo a la larga nos traerá bienestar o malestar.

Tengo una amiga que continuamente me dice que hay que ser cautelosos en el amor, ya que hay personas que son un “auténtico saco de problemas”. Son personas con las cuales vas a tener garantizado una cosa: Problemas y mas problemas y por tanto eso te garantizará sufrir. Si uno no utiliza la cabeza, puede verse envuelto en situaciones nada sanas. Pero acaso, ¿sufres de ceguera emocional? Lo haces, cuando a pesar de las evidencias más notables, cuando sabes que esa persona realmente te va a dar problemas, continuas con ella. Cuando es mejor mirar afuera que dentro.
Cuando las situaciones se tornan difíciles y complicadas, cuando vemos  cosas que no nos gustan, tienes que analizar y observar con cabeza como actúa la pareja y no dejarte llevar por los sentimientos porque a veces al corazón le gusta engañarse y no ver la realidad.
Por aquello que llamamos “amor” uno puedo vivir en una trampa emocional, en un autoengaño afectivo. Por esa razón, el realismo es un valor muy importante. El realismo no es ni más ni menos, que poner cada cosa en su sitio y darle a cada cosa su verdadero valor, es decir, observar la manera en que las cosas son en realidad y no como la creamos con nuestro corazón o mente.
He tratado infinidad de situaciones en consulta donde “demasiado corazón y poca cabeza” puede lastimarte y hacerte sufrir de un modo inimaginable.
Pero tampoco puedes amar solo con la cabeza, te volverías una persona muy fría, de movimientos excesivamente calculados y justamente para “evitar sufrir”, muchos que han sufrido una decepción amorosa, evitan cualquier tipo de relación, pero paradójicamente, más tratas de evitar sufrir, más acabas sufriendo, porque justamente el corazón necesita abrirse, compartir, sentir y vibrar en comunión con otro.

Uno debe amar y enamorarse con todo tu Ser, lo cual significa entregar tu corazón, pero también enamorarse con los pies, con las manos, con el alma y…con tu cabeza. Si tienes tu cabeza bien amueblada, esta te protegerá de “dormir con tu enemigo”
Sabías que existe el “pájaro del amor”. Son los agapornis, una especie de loros pequeñitos, que son monógamos toda la vida. Siempre permanecen juntos, y con frecuencia se arreglan las plumas el uno al otro, son muy afables y de fácil convivencia pero con su pareja, con otras aves es muy difícil. Su amor es eterno, hasta el punto que si uno se muere, el otro por su falta y por el vacío que crea también se muere. La posición característica de ellos es cabeza contra cabeza. Son como esas parejas inseparables, que van juntos a todas partes, toda la vida. Si el otro no está, se siente un vacío muy fuerte y todo queda sin sentido.
¿Qué sería de tu vida si ya no tuvieras que arreglarle las plumas a tu pareja?
Por favor, la vida es bella y muy corta. Ama con todo tu ser, pero abre el campo del amor, no solo a tu pareja, sino a toda manifestación de vida, en el Universo.
Y recuerda, Abre tu Corazón…pero Usa tu Cabeza para Variar


Javier Vergara
Psicólogo