domingo, 21 de octubre de 2012

UNA CLAVIJA CUADRADA EN UN AGUJERO REDONDO




 Hombres y mujeres somos diferentes. Cuando Ana y Juan se sentaron frente a  mí, comprendí instantáneamente la raíz de todos sus males. Un amigo les aconsejo que vinieran a verme. Son la típica clase de pareja que siempre termina y empiezan una y otra vez en un ciclo de estar bien para luego estar mal, disgustados, en conflicto permanente.
Ana ha tratado de dejar a Juan en numerosas ocasiones, y cuando consigue hacerlo, pasado un tiempo, se siente sola, triste, le falta algo y de nuevo vuelven a intentarlo para nuevamente comenzar un ciclo que les mantiene unidos y separados al mismo tiempo.
Cuando le pregunto a Juan ¿Qué os pasa?, El rápidamente contesta: Nada, simplemente, somos muy diferentes, no encajamos el uno en el otro. Después de meses y hasta incluso años de intentarlo, no llegaron a absolutamente nada.
Efectivamente, sois como una clavija cuadrada en un agujero redondo”. Hombres y mujeres somos diferentes, pero hay situaciones, hay parejas, que son muy diferentes con un pasado muy distinto, con metas y objetivos, con una forma de sentir y de ver la vida, de sentirse a sí mismo, muy diferentes.

¿Qué ocurre cuando realmente es que uno no encaja en el otro? ¿Qué ocurre cuando tratas de forzar que una clavija cuadrada entre en un agujero redondo? Es muy sencillo: no puedes lograrlo. Te empeñas una y otra vez en algo que está destinado a no ser, pero tienes la esperanza de que si podrá ser. Piensas con amor y sueñas conque esta vez las cosas serán distintas. Te das a ti mismo/a muchas justificaciones para creerte de que así será y te dices “Él/ella también tiene cosas buenas, ha sufrido mucho, también se merece una oportunidad…”
Cuando le pregunte a Ana por qué una y otra vez se encuentra en la misma situación de conflicto con su pareja, ella me contestó: “Me convencía a mí misma de que era “El”, de que estaba con el hombre adecuado, me daba a mí misma múltiples argumentos para ello, para descubrir con el tiempo que éramos incompatibles y ver la ruptura de la relación. Entonces me compadecía a mí misma, pero no quería permitirme pasar por otro fracaso, no quería que el mundo supiera que me había equivocado, ni mi familia, ni yo misma, ni nadie, por eso quería volver a intentarlo otra vez.”
La razón de muchos fracasos en parejas es que habitualmente uno escoge parejas que no le convienen. Te enamoras de la persona equivocada por razones equivocadas. Una y otra vez te unes a una persona que es incompatible contigo. Y después la convivencia se hace dura. Es como meter dentro de una vasija a una serpiente y a un escorpión. Los ataques y la desdicha están garantizados.
En consulta puedo oír una y otra vez la siguiente queja: ¿Cómo he podido estar tan ciega? ¿Cómo he perdido tanto tiempo en forzar algo que simplemente está llamado a acabarse? En las telenovelas puede verse como uno siempre tiene la esperanza de un final feliz: “Fueron felices y comieron perdices” y uno siempre va  querer intentarlo, pero cuando el intentarlo una y otra vez, se convierte en un patrón disfuncional, el fracaso y la depresión están garantizados.

Al escoger a nuestra pareja, estamos convencidos de haber tomado la decisión correcta. No obstante, la triste realidad es que esa elección, se convierte a menudo en un doloroso error.
Expresiones típicas que suelo oír:
-¿Cómo he podido estar tan ciego?
-¿Por qué no me di cuenta desde el principio?
-¿Cómo a pesar de ver las señales, quise mirar hacia el otro lado?
-¿Por qué he tirado tanto tiempo de mi vida y por qué sigo haciéndolo?
-Me imaginé que esta vez todo iría bien
-Tengo que intentarlo de nuevo, esta vez tiene que ser, todo el mundo tiene derecho a una oportunidad
¿Por qué no funcionan algunas relaciones?
Algunas relaciones  no funcionan por una razón que a menudo no se quiere ver:
-Estás con la persona equivocada y sigues forzando el estar juntos:
                -Su modo de amar y estilo de vida son incompatibles
                -Poseen pocos valores y preferencias en común
                -Su pareja tiene “defectos fatales” que hacen imposible una relación.
                -No puedes ofrecer a cada uno de los dos, lo que ambos necesitan
La persona a la que se escoge para amar es tan importante como las razones por las que se la escoge. Y la verdad es que mucha gente emplea más tiempo en decidir qué modelo de coche, de casa o ropa comprar, que para decidir con quién establece una relación.
Cuando tratas de hacer encajar una clavija cuadrada en un agujero redondo una y otra vez, te estás garantizando el sufrimiento. Vives en un permanente autoengaño y dolor. Si se ama a la persona equivocada, aunque ames de la forma correcta, no sirve de nada.
Consejo: Siempre es más aconsejable meter una clavija cuadrada en un agujero cuadrado

Javier Vergara
Psicólogo